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martes, 15 de noviembre de 2016

El Ritual de la Siembra de la Placenta

¿Para que sirve sembrar la placenta? me han preguntado varias personas curiosas por una práctica que no comprenden pero les resulta inquietante. Para enraizarnos en este planeta, respondo yo. ¿Y qué significa enraizarse? Pues echar raíces, conectarse en este caso energéticamente con la Madre.

La Placenta es un órgano que se forma en el útero de la mujer con el embarazo, del mismo óvulo y espermatozoide que se forma el bebé, y al terminar la gestación, muere y se desprende: alumbra justo después del alumbramiento de ese nuevo ser humano. En muchas culturas consideran a la placenta como el hermano espejo, y como tal es tratada para garantizar la buena suerte y prosperidad del niñ@.
Este órgano es nada menos que la interfaz y filtro entre el cuerpo de la madre y el bebé, pues el cordón umbilical va del ombligo del pequeño hacia la placenta, y está se adhiere con millones de vasos sanguíneos a la pared del útero, generando comunicación directa con el cuerpo de la madre a través de las hormonas que se encargan de avisar los requerimientos del bebé. En nuestra cultura estamos acostumbrados a tratar a la placenta como un desecho orgánico, en donde los padres tienen total desconocimiento de su paradero final, donde tampoco importa. Cuando estamos en el vientre materno, este órgano nos ayuda a comunicarnos con nuestra madre, y esa comunicación nos hace sentir seguros. Energéticamente, al sembrar la placenta, estamos guardando en el útero de la madre Tierra, de nuestro planeta, nuestra interfaz para comunicarnos con ella. Estamos aceptando que la Tierra es nuestra madre, y que pasamos del útero de nuestra madre humana, al útero planetario. Sembrando la Placenta estamos honrando a la Tierra, agradeciéndole por el hijo recibido y devolviendo esos nutrientes a ella. Para los indígenas de la Sierra Nevada, el despelote en el que el hombre blanco maneja su vida, se debe principalmente a una desconexión con la Madre, la Tierra. Por eso ellos guardan la costumbre de sembrar las placentas de su gente, a donde la persona puede ir cuando se sienta a la deriva, sin rumbo ni propósito, al árbol o roca donde su interfaz ha sido sembrada, para volver a sentir ese anclaje, esa seguridad de saber que no estamos solos. Con la siembra de la placenta nos enraizamos, echamos raíces a la energía del planeta, ponemos en alineación a los tres primeros chacras.  Y aunque no quiere decir que ya tenemos todo el tema de manejar nuestra existencia en este plano resuelto, es una ayuda recordar que esa conexión existe. Pero, qué pasa cuando hemos perdido nuestra placenta por las razones que sean? ya no la podemos sembrar? El conocimiento llega cuando estamos preparados para recibirlo, y todo es perfecto como ha sido. De esta manera, por medio de la medicina del tejido, que es medicina de mujer, podemos tejer nuestra propia placenta, con hilo de algodón y aguja, y en el hacer, traer con el pensamiento a nuestra placenta: donde estará, que habrán hecho con ella, que pensamientos me trae pensar en ella? Así, una vez la hayamos terminado, cada puntada fue una meditación sobre nuestro origen, concepción, nacimiento y vida, y ya estamos listos para sembrarla en donde escogimos hacerlo mientras estábamos tejiendo.

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